Y todo esto con Lindsey Stirling de fondo.
Los días pasan, largos, cortos, densos, contentos, lúcidos, apagados, pero pasan. Pasan mientras tú te comes la cabeza y te envenenas con el qué, cómo, cuándo, dónde y por qué.
Está bien tener ética y moral pero a veces va bien apagar el cerebro, tirar el teléfono, apagar el ordenador, apagar la vida y escuchar nada.
Miras a tu alrededor, gente feliz e infeliz, gente enamorada y gente que finje, gente que le gusta cuidar y ser cuidado y gente que sólo le gusta que le cuiden y pasar de todo.
Llevo unos días planteandome cuál es la mejor forma de vivir las relaciones interpersonales, por así llamarlo, qué requisitos deben de cumplir y qué hay que omitir, por dignidad o por autonomía, lo que sea.
La verdad es que no entiendo por qué algo es más o menos bueno: es bueno si no da problemas y es malo si ya se complica un poco... no sé si es que a mi me gusta lo complicado o es que me suelo complicar sola.
Pero joder, ¿por qué la gente no sabe valorar lo bueno? o si lo valora... ¿por qué lo refusa y lo manda todo a la mierda?
Supongo que no es tan difcil cuidar a las personas que quieres, darles una importancia que se deben, dejarles un simple mensaje de "cómo estas, no sé nada de ti, estoy preocupado" o que si te notan afligido y evadido por problemas, estudios, cargas, entre más, te digan "tranquilo podrás con todo y estaré ahí". O yéndo más allá, si eres de errar y no saber solucionar intentar no hacer aquello que le molesta a tus seres queridos, no sé, por principios, por qué no vale la pena joder a los demás porque no vale la pena.
Es enero y pronto será febrero, mi cumpleaños. La verdad es que no tengo ganas, no tengo ganas de hacerme un año más sabia, de cumplir un año más de emociones. Mi vida está patas arriba y yo estoy cubierta de estiércol hasta arriba y por mucho que me quiera, que luche por mis sueños y me venga arriba cada noche soy esa pequeña niña que se mete entre la sábanas con su peluche suave y se pone a llorar imaginando que algún día, todo esto, se pondrá en su lugar.
Judd G.
Está bien tener ética y moral pero a veces va bien apagar el cerebro, tirar el teléfono, apagar el ordenador, apagar la vida y escuchar nada.
Miras a tu alrededor, gente feliz e infeliz, gente enamorada y gente que finje, gente que le gusta cuidar y ser cuidado y gente que sólo le gusta que le cuiden y pasar de todo.
Llevo unos días planteandome cuál es la mejor forma de vivir las relaciones interpersonales, por así llamarlo, qué requisitos deben de cumplir y qué hay que omitir, por dignidad o por autonomía, lo que sea.
La verdad es que no entiendo por qué algo es más o menos bueno: es bueno si no da problemas y es malo si ya se complica un poco... no sé si es que a mi me gusta lo complicado o es que me suelo complicar sola.
Pero joder, ¿por qué la gente no sabe valorar lo bueno? o si lo valora... ¿por qué lo refusa y lo manda todo a la mierda?
Supongo que no es tan difcil cuidar a las personas que quieres, darles una importancia que se deben, dejarles un simple mensaje de "cómo estas, no sé nada de ti, estoy preocupado" o que si te notan afligido y evadido por problemas, estudios, cargas, entre más, te digan "tranquilo podrás con todo y estaré ahí". O yéndo más allá, si eres de errar y no saber solucionar intentar no hacer aquello que le molesta a tus seres queridos, no sé, por principios, por qué no vale la pena joder a los demás porque no vale la pena.
Es enero y pronto será febrero, mi cumpleaños. La verdad es que no tengo ganas, no tengo ganas de hacerme un año más sabia, de cumplir un año más de emociones. Mi vida está patas arriba y yo estoy cubierta de estiércol hasta arriba y por mucho que me quiera, que luche por mis sueños y me venga arriba cada noche soy esa pequeña niña que se mete entre la sábanas con su peluche suave y se pone a llorar imaginando que algún día, todo esto, se pondrá en su lugar.
Judd G.
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