En contra de los vientos

Y como siempre se estampó, se la llevó un huracán, se revolvió por dentro y se levantó cómo si no hubiese pasado nada.
No sabía qué hacer, qué sentir, cómo actuar. Solo quedaba el seguir, el reinventarse y descubrirse.

¿De qué sirve ser, si siendo no se es?

Anhelamos que los huracanes nos abrazen por la espalda, que nos cierren los ojos, que nos hagan la cuchara, que nos ilusionen... pero después todo es tan efímero cómo el aire fresco en las madrugadas de verano. Y, en ocasiones, nada tiene sentido, para alguno de los dos, aunque el abecedario vaya de A a la Z y hayan millones de planes.

Pero eh, quererse a uno mismo es lo mejor. Ir corriendo, pisando la arena caliente y chocando con el fresco mar, a modo de yegua despeinada por ir en contra de los vientos.


Nada tiene sentido mas que des de los ojos de uno mismo,

Judd G

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