Tu carta

Esta es la carta que debía de haberte escrito hace mucho tiempo, que por miedo nunca la hice.

Debía de haberte dicho que te perdoné por qué sé en primera persona que es estar entre la espada y la pared, sé que es fallar y que te fallen y estar perdido, no por pena.

Debí de haberte mirado a los ojos y decirte que habías jugado conmigo como un bebé juega con su sonajero, ahora me apeteces y ahora no.

Debí de haberte dicho firmemente que los juegos no van conmigo y que solo conseguías apartarme más de ti.

Y sobretodo, debí decirte hace mucho tiempo atrás que el primero que debía y debe respetarme eres tú para que el resto lo haga, esté o no equivocada, sean o no de nuestro entorno, defendiéndome con el corazón igual que yo siempre he hecho contigo. Por qué es eso, cuando menos te lo merezcas, me lo merezca, es cuando más lo necesitamos.

Debí decirte hace mucho que todas esas diferencias marcaban fuerte mi personalidad y cada vez me estaba queriendo menos, me estabas apartando más. Y el quererme menos solo produce miedos e inseguridades que, juntos, podríamos haber evitado. Y ahora, quizás es tarde -siempre y cuando quieras enfrentarte a nuestros monstruos conmigo, entonces, será el principio-.

También debí aceptar antes, delante de ti y sobretodo de mi, que no soy perfecta pero eso me hace única, me hace humana: con equivocaciones y aciertos, con sentimientos a flor de piel, aprendiendo a ser independiente y a no depender de ti, ni de nadie. E igual que tienes el poder de hacerme sentir en las nubes, lo tienes de hacerme sentir hundida.

Judd G.

Comentarios

Entradas populares