Vibes speak louder than words

Reflexionar es bueno a veces. El pararse a pensar intrínsecamente, mirando tu propio interior, criticándose y alabándose uno mismo. No sé, es necesario, cómo necesario es beber agua o respirar, de éste modo construyes un diálogo interior el cual te enseña dónde la has cagado y dónde lo has hecho de manera genial.
Y esto es lo que me ha pasado: he pensado y mucho, muchísimo. Me he permitido ser mi propia jueza y profesora, analizar hasta el quarck más recóndito de mi ser.
He pensado que las vibraciones y vivencias hablan más fuerte que las palabras y que ante todo lo más importante es seguir tus sentimientos y hacer siempre, SIEMPRE, lo que hace feliz a uno mismo, sin importar lo que digan los demás.
He podido ver que la he cagado en muchos momentos de mi vida, por miedo, por orgullo, por saber y no saber, pero también que lo he hecho muy bien en ocasiones por mí, por que era lo mejor y lo que debía.
He aprendido a perdonar, a olvidar, a pasar página, a sentir el silencio, a decir que no y a decir que sí sin tener miedo, a hablar más con el corazón y sentir más con la cabeza, a ordenar las preferencias, a mantenerse en calma, en tranquilidad y sobretodo, a no dejar de ser yo misma.



Judd G.

Comentarios

Entradas populares