Entre montañas
No hay mejor momento que estar con un café, largo de leche y con
cuatro de azúcar por supuesto, entre las manos en pleno Agosto, en medio de la
montaña, escribiendo esto.
Creo que hay sitios que tienen encanto, y este
lo lleva teniendo año tras año des de que me lo enseñó mi padre. La vida, la
gente, el aire que se respira, el paisaje, todo esto permite calmar cualquier
ser perturbado y asustado. Me ha calmado.
No sabría explicar en
pocas palabras la de sensaciones que
tengo al pasear por sus calles de piedras, de sus casas perfectamente
historiadas – no sé si esa palabra existe pero me gusta cómo queda – de
escuchar los cantares de los pájaros y el ruido del aire rozando todo aquello a
su paso.
He paseado, teniendo el
gran lujo de hacerlo, por el camino que va de la Ermita de Lomos de Orio hasta
Las Disecadas, perdiéndome entre el ruido de mis deportivas crujiendo el suelo,
el aire chocando con los árboles y los pájaros cantando. ¡Qué gloria y
bendición! Los que somos de ciudad y tenemos pueblo serrano pocos sabemos lo
cuan suertudos que somos de poder descansar en estos lares. Esto me ha hecho
pensar en que:
El cielo arropa tu mirada, tus ojos.
La tierra bajo tus
pies baila al son de tus movimientos;
El aire enrolla tu
pelo armonioso con la brisa de tu sonrisa.
Y tú, radiante y
monumento, vives entre sus brazos verdes, los de la montaña.
No sé si se apreciará la
idea de este poema/escrito de novata cómo lo soy yo, simplemente quería
reflejar como me siento cuando estoy perdida entre la naturaleza pura y limpia
de Sierra Cebollera y cómo le vería, a él, mi inspiración, si volviese por este
magnífico lugar.
Espero que si alguien me
lee quiera visitar mi lugar favorito del Mundo: Villoslada de Cameros y su
Parque Natural de Sierra Cebollera.
Judd G.
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