Ya nada es igual

Cómo me gustaría que todo fuera sonrisas y comodidad, que no hubieran lágrimas ni gritos, que no hubieran caras tristes o enfadadas, que todo fuese nada y diferente. Que ella esbozara sonrisas y no tuviera malas palabras y el fuese menos obsesivo y cortante. Que nos cuidásemos más mutuamente. Pero eso pasó a la historia, fuimos todo y ahora nos disipamos como un perfume en el aire, ahora somos nada compartiendo mucho. Ahora somos gajos rotos de cristales que chirrian cuando se pisan. Ya nada es igual y preferiría que cambiase todo.

Comentarios

Entradas populares