Y llegas a casa

Las noches son largas, pensaba.
Caminaba, caminaba y lo volvía a hacer como rutina para dejar de fumar -de pensar-.
Ese humo que nubla, que turbia, que antoja a llorar.
Ese bajón bajo los balcones de la madrugada.
Ese "y sí", maldito condicional que acompaña a la melancolía.
Y tú, yo, nosotros, todos los pronombres...
¿Por qué tan cobarde? ¿Por qué tan frío? ¿Por qué tan "otra vez" la misma sensación?

Y al final llegas a casa, a oscuras, te tumbas con tus recuerdos hasta que de cansancio -y de recuerdos e imágenes- te duermes, o no.


Judd G

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