Hazme reír

Hace casi dos meses que no escribo, que no me inspiro, que me cuesta. En estos dos meses han pasado cosas buenas, malas, regulares, aptas, erróneas, geniales. Me he vuelto a bloquear, a negativizar. Mi lóbulo parietal no conecta bien con esa región de los recuerdos felices -o eso dicen investigaciones científicas- y me da miedo. Me da miedo por qué por éste mismo se dejan de hacer muchas cosas,  te pones a la defensiva, sufres tú i los de tu alrededor.

Soy una Acuario de ésas con carácter, pero no siempre en el momento adecuado. Si algo no me gusta, lo digo sin tapujos y a veces, la cago. Quiero más de lo que me quiero a mi misma y bueno, supongo que eso si que es bueno.

No quiero tener miedo por que me encierro, me encierro en una caja de cristal dónde sonrío pero a la que veo que algo me va a doler, estallo y rompo todo. No sé, yo quiero sonreír, quizá me falta ésa conexión que me haga reír - HAZME REÍR, POR FAVOR- para ver todo con un poco más de color.
Cántame canciones tontas, con coreografías tontas e incítame a acompañarte, oblígame a hacer locuras, locuras de ésas que sólo quiero hacer contigo.

Quiero remediar ésos días grises, con momentos de colores contigo, con vosotros, con todos. Que cada día al llegar a casa tenga la tranquilidad de que nos hemos preocupado bilateralmente y que querrás saber cómo me ha ido el día, por que ya es suficiente guarrada llegar a la cama sin ti.

Judith G.