Tazas de té

Y después de un bache se sentó en el sofá frente a un gran ventanal con una taza caliente de té y se dijo a si misma:

Las cosas pasan, pasan por algo, y en su momento oportuno.
Somos vibraciones que juegan en el aire, somos sentimientos, somos cambios constantes.
Te quiero mucho, muchísimo y tienes miedo. Miedo normal, al cambio, a las variantes, variables,
a ti mismo, a los demás. Pero te quiero y eres la mejor. Pronto todo estará en su sitio y prosperando,
te lo mereces, nos lo merecemos.

Cerró los ojos volviendo oscuro aquella vista nevada y tomó un poco de aquel té de vainilla que tanto le gusta. Sabía que a partir de ese mismo instante, cambiando su forma de pensar, todo iba a ir viento en popa.


Judd G.

Comentarios

Entradas populares